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jueves, 6 de mayo de 2010

COSMOGONIA AFRICANA

Lista de pueblos africanos


En este apartado incluimos una breve lista de pueblos y tribus de los cuales no hemos podido recopilar más datos. Esperamos ampliar la información y ofrecer las cosmogonías completas. Todos estos pueblos cuentan con divinidades creadoras y la creación, en la mayoría de los casos, parece haberse realizado en varias fases. En estos mitos, o en la referencia que de ellos tenemos, el dios creador, lo es también del ser humano.



Entre las tribus alur de Uganda y Zaire está arraigada la creencia de que el mundo está lleno de espíritus, djok, y consideran que sus antecesores se les manifiestan en la forma de serpientes y de grandes rocas. Cuando los alur necesitan lluvia realizan un sacrificio en honor a Jok. El significado literal de su nombre es «creador»; él es conocido además como Jok Odudu, «dios del nacimiento».



Asa es uno de los dioses principales para los akampa de Kenia. A este dios también se le conoce como «Mulungu», que significa «creador». Este dios tiene un doble aspecto; por un lado tiene el nombre de «el señor fuerte», por encima de los espíritus, pero, por otro lado, también es considerado como un dios piadoso.



Faro es el dios del cielo y del agua de los bambara (Mali, en África occidental). Según narra la mitología bambara, Faro se quedó embarazado por la roca del Universo, y dio a luz a varios gemelos, los antecesores del ser humano. Además, Faro está continuamente revisando y reorganizando el cosmos y cada cuatrocientos años vuelve a la Tierra para comprobar que todo funciona con armonía. Faro dio agua a todas las criaturas vivientes y enseñó a la humanidad a usar las palabras, las herramientas, la agricultura y la pesca. Los espíritus omnipresentes le sirven como mensajeros y representantes.



En la mitología de los banyarwanda el dios creador y el apoyo de toda la gente banyarwanda fue Imana, visto como un dios generoso y piadoso. Los banyarwanda vivían en los viejos distritos de Ankole y Kigezi, bordeando Ruanda. Su territorio es muy montañoso y frío. Él gobernó sobre todos los seres vivos y les dio la inmortalidad, dando caza a un ser conocido como «Muerte». Según cuenta la legenda banyarwanda, la Muerte era un animal salvaje y despiadado que representaba el estado de la muerte. Mientras Imana estaba de caza, todo el mundo se resguardaba o escondía, de manera que la Muerte no encontrase a nadie a quien cazar o en quien refugiarse. Pero un día, mientras cazaba, una mujer mayor fue hasta el jardín para recoger algunas verduras. La Muerte se escondió rápidamente bajo su piel y fue conducida al interior de la casa de la mujer, escondida en ella. La mujer murió; tres días después del funeral, su hija política, que la odiaba, vio grietas donde ella fue enterrada, como si hubiese salido y pudiese vivir de nuevo. La chica rellenó las grietas con más tierra, golpeó el suelo con un pesado mortero y gritó: «¡Quédate muerta!». Dos días después, hizo lo mismo al ver más grietas en la tumba de la difunta. Tres días más tarde no había ninguna grieta para que ella la sellase con tierra. Esto significó el final de la posibilidad para el ser humano de volver a la vida. La Muerte se había convertido en algo siempre presente. Otra leyenda dice que Imana castigó a la mujer dejando que la muerte viviera con el hombre.



En África occidental encontramos al pueblo basari de Togo, cuya divinidad creadora es Unumbotte.



Kaang es considerado como el creador de todas las cosas entre los bosquimanos africanos. Pero según la mitología bosquimana, Kaang se marchó del mundo por la oposición que encontró en él; así, recibiendo desobediencia de los primeros seres humanos que creó, Kaang envió fuego y destrucción a la Tierra y se marchó al final del cielo. Kaang es el dios de los fenómenos naturales y está presente en todas las cosas, pero especialmente en la mantis religiosa y en el gusano. Además este dios está relacionado con muchos mitos y figura como un héroe mitológico en muchas ocasiones. Sin embargo, entre los bosquimanos herero de Namibia, Mukuru es el dios primitivo y creador de su pueblo. El dios Mukuru se encontraba solo, sin padres ni compañeros, y mostró su amabilidad dando la lluvia de la vida, sanando a los débiles y sosteniendo a los ancianos. Los herero creen que sus jefes son reencarnaciones de Mukuru y que continúan la obra de Mukuru.



El pueblo dinka es un pueblo nativo de la República de Sudán y actualmente se asienta en el Valle del Nilo, en la zona sur de Sudán. El dios creador de los dinka es Deng y, además, es el dios del cielo, al tiempo que la deidad de la fertilidad y de la lluvia. Deng es hijo del dios Abuk.



Los efik se sitúan en el área sureste de Nigeria; su lengua, el «ef-ik», es utilizado por cuatro millones de personas. En la mitología efik, Abassi es el dios creador y la esposa de Abassi, Atai, le ordenó que permitiera vivir en la tierra a una pareja humana, pero les prohibió procrear o trabajar, por miedo a que pudieran superar a Abassi en sabiduría. Por algún tiempo la pareja respetó esta regla, pero comenzaron a realizar algún trabajo y a tener hijos, por lo cual Atai castigó al hombre y a su esposa, y causó discordia y luchas entre sus hijos.



En la zona oeste de Bantu se encuentra el pueblo fen. En la mitología fen Mbere es el creador. Según cuenta la leyenda él creó al hombre del barro, pero originalmente su creación fue un lagarto, a quien colocó en el gran mar de agua durante cinco días. Al quinto día, Mbere miró y vio al lagarto; volvió a mirar al octavo día y el lagarto había desaparecido. Pero cuando el lagarto emergió del agua, era un ser humano, «Gracias» le dijo el hombre a Mbere.



El pueblo ibo se ubica en el distrito de Calabar, en la zona este de Nigeria; sin embargo el reino ibo no desarrolló una administración tan avanzada y tan centralizada, como la de otros pueblos de Nigeria, por ejemplo, los yoruba. En la mitología de los ibo, Chuku es el dios supremo y su símbolo es el sol. Él es el creador y los ibo creen que todo lo bueno procede de él. Chuku es el creador y el que hace que caiga la lluvia que hace crecer a las plantas. Algunos árboles están dedicados a este dios y debajo de los árboles se hacen sacrificios en su honor. Su esposa es Ala, quien también es en ocasiones tenida por su hija. Es interesante la leyenda que cuenta cómo Chuku envió a la tierra a un perro mensajero para enseñar al hombre cómo, una vez muerto, podía regresar a la vida. El mensaje indicaba que una vez muerto, el cuerpo debía de ser tendido en el suelo y cubierto con cenizas, después de lo cual resucitaría. Pero el perro se retrasó y Chuku envió entonces a una oveja. La oveja también se entretuvo por el camino y al llegar, había olvidado el mensaje. La oveja comunicó al hombre un mensaje equivocado: para volver a la vida, debían enterrar el cuerpo en la tierra. Cuando el perro llegó con el mensaje correcto, ya era demasiado tarde y la muerte se había instalado en la Tierra para siempre.



Al sur de Nigeria hallamos al pueblo isoko. La divinidad suprema del panteón isoko es Cghene. Es considerado como un dios alejado de los acontecimientos humanos y, por lo tanto, es poco adorado y carece de templos y sacerdotes.



Para los kavirondo (los vusugu) asentados en Kenia, Wele es el dios supremo de su panteón. Este dios primero creó los cielos, el sol y la luna, así como los otros cuerpos celestes. Finalmente creó la tierra y a la humanidad. El mito de creación del pueblo kavirondo es claramente un mito desarrollado en varias fases. Nuevamente nos encontramos ante un ejemplo de divinidad con doble aspecto, ya que Wele aparece de dos maneras: como Omuwanga, el dios «blanco» bondadoso, y como Gumali, el dios «negro» que trae el infortunio.



Para los lugbara, que moraron en la zona entre Zaire y Uganda, Adroa es el gran dios creador. Este dios es el creador del cielo y de la tierra y tiene dos aspectos: el bien y el mal. Según la mitología del pueblo lugbara, Adroa se aparecía a las personas que estaban a punto de morir. Adroa era representado como un personaje alto y blanco, con sólo medio cuerpo: un ojo, una pierna, un brazo, etc.



Originalmente Kalunga fue el dios ancestral de los lunda de Angola, Zaire y Zambia. Más tarde, se convirtió en un ser supremo, dios del cielo y de la creación. Él es el que todo lo ve y el que todo lo sabe, y es el juez de los muertos, cuyas decisiones se caracterizan por su compasión y sabiduría. Como dios de los muertos está relacionado con el inframundo y el mar.



El dios creador y primitivo de los mongo del norte de Zaire es Mbomba. Mbomba es también el señor de la vida y de la muerte. Y el sol, la luna y la humanidad son sus niños. También se le conoce con el nombre de «Nzakomba».



Entre los mundang del Congo, Massim-Biambe es el omnipotente dios creador.



Los ovambo se ubican en la zona norte de la sabana del suroeste africano, en concreto en Angola y Namibia. En la mitología de los ovambo Pamba es el creador y el sustento de la vida.



Los pigmeos son uno de los pueblos más conocidos del África Negra, mencionados en textos de autores clásicos como Homero o Herodoto. Su principal rasgo, es su reducida estatura, inferior a los 1'52 centímetros. En la actualidad los pigmeos africanos se sitúan en los bosques tropicales de África central. Su población oscila entre los 150.000 y 300.000 habitantes. En la cosmogonía de los pigmeos, es Arebati el dios creador. Creó al hombre cubriendo al barro con piel, proporcionándole sangre y vida. Es el dios del cielo y de la luna de los pigmeos de Zaire. Sin embargo, entre los pigmeos de África central, Khonvoum es el dios creador; Khonvoum gobierna sobre los cielos y durante la noche, recoge trocitos de estrellas y los arroja al sol para que éste pueda emerger el día siguiente con todo su esplendor. Además, Khonvoum creó al hombre blanco y al hombre negro, a partir del barro blanco y del barro negro, y a los pigmeos los creó del barro rojo. Khonvoum también es el gran cazador y lleva un arco hecho con dos serpientes que se aparece ante los mortales como un arco iris. Para ellos, además, creó la jungla con su abundante vegetación y vida animal.



En Zimbawue encontramos a los shaona, cuya divinidad creadora es Dziva. Esta deidad femenina es generalmente de carácter benévolo, pero, como sucede en otras divinidades (dios Adroa de los lugbara), tiene también un aspecto oscuro en su naturaleza.



Uno de los pueblos africanos más conocidos es el zulú. Actualmente alcanza una población de ocho millones de habitantes y la mayoría reside en la provincia de Kwazulu-Natal, en el sur de África. De este pueblo es conocida la casa tradicional de forma circular y hecha con cañas; sin embargo, la mayoría de la población zulú se ha urbanizado. En su mitología, Umvelinqangi es el dios creador y omnipresente, que se manifiesta en forma de trueno y terremoto. Él es el creador de los primeros juncos de los cuales emergió el dios supremo Unkulunkulu.



Leza fue el dios supremo de África central y es el dios que creó el mundo; la lluvia fue también creada por Leza. El cielo era gobernado por él. Hacía viento cuando él soplaba, y había truenos cuando él golpeaba. Leza dio a la gente del África central sus costumbres.



En todo el este de África, desde los kamba en el norte hasta los zambesi en el sur, Mulumgu es el nombre extendido del dios creador. Muchas personas, como los nyamwezi de Tanzania, le consideran el dios del cielo, cuya voz es el trueno.